Si bien los signos de estrés en perros y gatos pueden variar, los más comunes son:
- Cambios en el comportamiento: los perros y los gatos pueden volverse más agresivos, nerviosos o retraídos cuando están pasando por este estado.
- Pérdida de apetito: a menudo pierden el interés en la comida o comen menos de lo normal.
- Aislamiento: pueden esconderse o alejarse de la gente y de otros animales.
- Cambios en el patrón de sueño: pueden dormir más o menos de lo normal.
- Comportamientos repetitivos: pueden lamerse excesivamente o hacer otros comportamientos repetitivos.
Es importante observar a tu mascota para detectar signos de estrés y buscar ayuda de un veterinario o entrenador si es necesario.